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Rosácea, entenderla y cuidarla

En esta ocasión nos vamos a centrar en una condición cutánea que afecta a muchas personas y que si lo analizamos, podréis ver rápidamente cuál es el problema principal de las pieles con rosácea; se trata de un exceso de fuego, exceso de Pitta, desde el punto de vista ayurvédico.

La piel con rosácea es caliente, muy roja, que no soporta productos agresivos y que se irrita con mucha facilidad. No le sientan bien los cambios de temperatura, el contacto directo con el sol, el frío excesivo, el viento o los roces bruscos.

Como calmar la Rosácea

Si eres capaz de visualizar tu piel con rosácea como una pequeña llama siempre a punto de arder con mayor intensidad, te darás cuenta de cómo puedes ayudarla a calmarse con las mismas premisas con las que calmarías un pequeño volcán en erupción.

  • Utiliza productos suaves, calmantes y naturales para limpiar tu piel a diario.
  • Protege siempre tu rostro antes de enfrentarte al clima exterior, (sol, viento, frío excesivo…)
  • Aplica los productos cosméticos con mucho cuidado, nunca frotes tu piel, hazlo con pequeños toques y muy despacio.
  • No exfolies ni utilices químicos agresivos a no ser que lo hagas con un profesional cualificado que entienda tu piel y pueda tratarla.
  • Mantén la temperatura de tu piel siempre fresca con la ayuda de aguas termales, aguas de flores, etc. Puedes utilizar las aguas para refrescar la almohada antes de acostarte, de este modo crearás un micro-clima que ayudará a que tu piel descanse y se desinflame mientras duermes.
  • Elige productos calmantes para tu cuidado diario, cremas hidratantes específicas para rosácea que te ayuden a controlar los brotes.
  • Utiliza maquillajes naturales y libres de químicos.
  • Evita productos que contengan alcohol.
  • Cuida mucho tu alimentación; evita comidas calientes, muy picantes o demasiado grasas, esto perjudica la rosácea y puede alterar el equilibrio de tu piel.

En definitiva, la rosácea es una piel con exceso de fuego en ella y para que no te pierdas, recuerda siempre que el truco está en mantener la llama apagada, húmeda, cubierta. Esta imagen te ayudará a comprender mejor este tipo de piel tan delicada y a tratarla en consecuencia. Es una condición crónica y recurrente, con la que a veces hay que aprender a vivir por años, aunque aprendiendo a conocerla, se puede mantener bastante controlada.

En cuanto a profesionales especializados, a mi me encanta Diana Montoya porque trata la piel desde una visión integral y su experiencia es muy amplia. También puedes acceder a nuestros asesoramientos personalizados para aprender cómo cuidar tu piel, qué productos utilizar y cuáles son las recomendaciones más adecuadas para tu caso concreto.

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En EVB nos gusta cuidar tanto el interior como el exterior en todo lo que hacemos en cada uno de los momentos que pases en nuestro salón.
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