Todos sabemos que el otoño trae consigo procesos de caída estacional del cabello. Algunos lo acusamos más que otros, esto se debe a lo que yo suelo comparar con la caída de las hojas de los árboles. Algunos árboles son de hoja caduca, lo que significa que pierden todas sus hojas en una temporada determinada y después vuelven a recuperarlas en primavera. Sin embargo otras especies de árboles son de hoja perenne. Significa que pierden hojas a lo largo del año pero nunca se quedan sin ellas, siempre tienen prácticamente la misma cantidad de hojas en sus copas.
A nosotros nos pasa un poco lo mismo, algunos somos de caída caduca y otros de caída perenne, o lo que es lo mismo, algunos perdemos cabello durante todo el año y también tenemos siempre pelo nuevo y otros, sin embargo sufren una caída estacional más acusada en otoño y un repoblamiento más hacia la primavera y el verano. Cuando esto es así, estamos dentro de lo que se considera una caída natural, los cabellos tienen un ciclo de vida de unos cinco a siete años, después de ese tiempo mueren y dejan su lugar para que nazca un nuevo brote, un cabello nuevo.
Envejecimiento Capilar
Según vamos cumpliendo años, el equilibrio entre caída y repoblamiento es cada vez menor, es decir, perdemos más cabello del que recuperamos y también los nuevos cabellos son cada vez más finos, con lo que la densidad general de nuestro cabello se ve mermada con el paso de los años.
Esto es lo que se conoce como envejecimiento capilar. Por algún motivo no estamos educados a pensar en nuestro cabello en estos términos. Sí estamos acostumbrados a cuidar nuestra piel para evitar el envejecimiento cutáneo. Sin embargo en lo que al cabello se refiere, hasta que no observamos una caída exagerada o algún problema asociado, normalmente no reaccionamos.
El envejecimiento capilar también es algo absolutamente natural, pero no por ello debemos conformarnos y dejar que suceda sin hacer nada para remediarlo. Obviamente tiene una explicación sencilla; los nutrientes que debe recibir un cabello para crecer sano y fuerte, los recibe del bulbo piloso o raíz, que a su vez, recibe alimento del riego sanguíneo y los nutrientes que éste transporta. A medida que vamos cumpliendo años, los nutrientes que llegan al bulbo son menores y eso afecta a la calidad del cabello que debe crecer y llegar a adulto en peores condiciones. A esto hay que sumarle los procesos de vida de cada uno, como el estrés, que es causante de muchos de los problemas asociados a la caída del cabello, también influyen la alimentación y por supuesto los factores genéticos.
Pero, ¿qué podemos hacer entonces?, bien, pues lo primero sería averiguar si estamos sufriendo una caída estacional natural o en nuestro caso es algo que va más allá. En este primer paso es crucial el tiempo de caída y un diagnóstico apropiado. Una caída dentro de lo saludable, no debería pasar de un máximo de seis meses, y lo normal serían unos tres meses. Si pasamos de este tiempo es importante acudir a un dermatólogo tricólogo para investigar más a fondo las causas de una etapa de caída tan larga.
Alopecia
Si estamos sufriendo una etapa de alopecia estacional normal (entre tres y seis meses máximo), pero notamos que el cabello que nos crece lo hace cada vez más debilitado y en menor cantidad, también sería un buen motivo para un diagnóstico más concreto.
Ahora bien, es aconsejable el uso de vitaminas y nutrientes para el cabello a partir de los 35 años en mujeres y 20/25 años en hombres. Este tipo de productos, en las épocas de mayor caída capilar, ayudarán a alimentar el bulbo y a fomentar un crecimiento sano y fuerte de los nuevos cabellos. No es otra cosa que tratar de aportar a nuestro cabello los nutrientes que ya no llegan de manera natural. El envejecimiento capilar no tiene solución, el paso del tiempo nos afecta a todos en mayor o menor medida, pero siempre podemos hacer que éste sea menos evidente, más lento y mejor controlado.
Para terminar, a mí me gusta pensar que al alimentar nuestro cabello en estas etapas, estamos haciendo por nuestro cuerpo lo que él ha hecho por nosotros durante muchos años. No debemos esperar a perder las propiedades naturales de nuestro cabello para actuar. Podemos prevenir y mejorar la calidad de vida de nuestro pelo simplemente aportando algo de ayuda desde fuera.
Consejo Capilar
Si no sabes cuál es tu tipo de alopecia, no dudes en preguntar a tu peluquero de confianza. Si es una alopecia estacional, natural o hormonal dentro de lo habitual, él se encargará de recomendarte los nutrientes más apropiados para ti. Y si estás en una fase más aguda, acude a un especialista tricólogo para profundizar un poco más y buscar un tratamiento más personalizado.
Casi todos los problemas de alopecia tienen muy buenos resultados si se tratan a tiempo. No te conformes con un cabello a medio gas pudiendo tener el 100%.
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