¿Si fuera peluquera… cómo cuidaría mi pelo? Imagínate que tu día a día transcurriera en un salón de peluquería, siempre delante de un espejo, siempre rodeada de todo tipo de productos, tratamientos, tintes, colorantes, plantas, etc. Lo más lógico sería pensar que al tenerlo todo, posiblemente no escatimarías en nada y tendrías el baño de tu casa llenito de botes y frascos de todo tipo, te arreglarías el color cada 15 días y habrías probado todos los tratamientos que existen en el mercado, ¿verdad?
Bueno… puede que la vida aquí sea un poquito distinta a cómo la imaginas. Al final, cuanto más conoces sobre pelo, menos productos y rutinas necesitas. Para mí, la sencillez, la practicidad y la eficacia son sinónimo de buen funcionamiento capilar. Con esto, lo que quiero decir es que cuando conocemos nuestro cabello, sus posibilidades, sus puntos fuertes y débiles, lo que cuesta mantener un determinado corte de pelo o color, pues es mucho más fácil acertar con el look que mejor se adapta a ti en cada momento de tu vida, y curiosamente los profesionales buscamos resultados sencillos y fáciles de mantener en la vida diaria, porque siempre tenemos tiempo para el pelo de todo el mundo menos para el nuestro. Como dice el refrán; en casa de herrero…
Por supuesto, nos encantan los nuevos productos, las nuevas técnicas de trabajo y llenar (a veces) nuestros baños de nuevas promesas beauty, pero siempre sabiendo lo que hacemos y por qué. De nada sirve comprárselo todo para ver si atinamos de una vez con algo o no comprar nada por miedo a equivocarnos. La experiencia, como en todos los oficios, es lo que nos ayuda a acertar.
Consejos
Si eres de las que te preguntas cómo acertar a la hora de elegir rutinas, productos o estilos, la solución es sencilla, venir a vernos a las que vivimos aquí, rodeadas de todo este universo y dejaros aconsejar es siempre la mejor de las opciones. Y como consejos básicos y universales en cuanto a cuidado personal se refiere, os dejo este manifiesto:
- Conócete: aprende a descubrir quién eres, tu tipo de piel, tu tipo de pelo, tu estilo de vida, tus hábitos, todos: los que te cuestan más trabajo y los que te salen de manera natural. Aprende también a hablar de ti y a preguntar sobre ti a los profesionales de la belleza de quienes te rodeas y procura rodearte de profesionales que vean en ti cualidades que te hagan sentir bien, que conecten con esa belleza que tú sabes que posees.
- Aprende a sacarte partido: inspírate en personas afines a ti, por estructura física, estilo de vida, tipo de pelo o de piel, etc. Aprende y disfruta haciéndolo, invierte en productos y servicios que te ayuden a descubrir tu mejor versión y si no sabes cómo hacerlo, pregunta.
- Crece en la dirección correcta. Invierte en experiencias que te ayuden a crecer, a confiar en tus habilidades y cualidades personales y confía en tu instinto para ello. Visita lugares que realmente te apetezcan y permítete soñar. No te pongas límites, o al menos, no utilices tus limitaciones como un modo de vida.
- Disfruta y relaciónate siempre con la mujer que tienes delante del espejo. Pregúntale si está dónde quiere estar o si necesita seguir investigando. Hazte esta pregunta de vez en cuando y escucha la respuesta con todo el corazón.
- Por último; respeta siempre el paso del tiempo. Somos naturaleza y el tiempo pasa a través de nosotras. Ver y sentir el paso del tiempo por nuestro cuerpo es, además de una bendición, un derecho absoluto. No lo subestimes.